A continuación hablaré sobre Thriller Bark, la última saga del manga One Piece. Al referirme a última saga, me refiero al ritmo japonés, por lo que los spoilers están asegurados.
No me ha quedado malote el cartelito, ¿no? Una vez avisado, pasemos a la acción, que consiste en mis impresiones acerca de lo acontecido en los últimos capítulos de la genial obra de Oda.
Volviendo la vista atrás, era de esperar que después del subidón tan brutal de Enies Lobby (argumentalmente lo mejor de la serie para mi gusto) tocaba una saga de relleno para recuperar la normalidad. No puedo evitar recordar todo lo que significó el arco de Water 7, ese cambio drástico de la serie que hizo que en vez de que los Sombrero de Paja llegaran a la siguiente isla como ángeles caídos del cielo, comenzaran a ocurrirle cosas más humanas, como la disputa entre Usopp y Luffy sobre su decisión de abandonar el Going Merry y el secuestro de Nico Robin, entre otros. El resultado, espectacular:
No sólo por la calidad de los combates (que a mi gusto dejaron un poco que desear en el anime), sino por todo ese trasfondo de la infancia de Robin, despojándola de todo ese misticismo y dureza que le rodeaba, y de como vemos que, después de tantos capítulos, la historia avanza hacia algo. Es el principio del final.
Por lo tanto, y como dije antes, cabría esperar que después de todo lo ocurrido viniese una saga pequeña o de relleno antes de llegar al Nuevo Mundo, pero Thriller Bark es algo más que eso, aunque a simple vista no lo parezca.
Me explico. Después de abandonar Water 7, Luffy y compañía se adentran, de buenas a primeras, en una película de miedo de serie B. Una isla (que más adelante se revelará como Thriller Bark, el barco más grande jamás construído) encantada, con castillo vampiresco, zombis vivientes y experimentos en contra de la naturaleza. Hasta aquí parece un desahogo de Oda después de una saga tan decente (en lo relativo a seriedad) como fue la anterior, pero cuando entra en escena el Shichibukai Gecko Moria, la cosa se vuelve más seria. Y más cuando se descubre que es él el que está detrás de todo ese misterio que envuelve a la "isla".
Después de soprendernos con Rob Lucci y Spandam (los "villanos" de Enies Lobby), Oda vuelve con sus fueros con un personaje muchísimo menos real, lo que no hace que sea más carismático ni mucho menos, al menos bajo mi criterio. Moria es el motor de Thriller Bark, trabajando a la sombra, y nunca mejor dicho.
Su poder, algo enrevesado, es el de poder manipular las sombras, las cuales utiliza para crear un ejercito de muertos con la ayuda del Doctor Hogback. Sí, visto así es algo cutre, pero no se puede ser muy exigente después del nivel que se tuvo en la anterior saga. Iba tocando pensar menos y actuar más. Personalmente no me ha gustado mucho, ya que, aun siendo un gigante, utiliza a los demás para sus designios, lo que da a entender que no es que sea bastante fuerte precisamente, sino que el poder de su Fruta del Diablo (la Kage Kage no mi, si no recuerdo mal) le ha hecho llegar a donde está. Su plan final consistía en revivir a Oz, un demonio del pasado, utilizando la sombra de alguien realmente poderoso. Y casualmente Luffy pasaba por allí.
Resumiendo. La banda llega a la "isla", se dividen, unos son capturados, los otros los rescatan, y todo termina en una batalla entre Oz y Moria contra la totalidad de los Sombrero de Paja, algo que sí me gustó. Como sabemos los seguidores de esta serie, normalmente es Luffy quien se encarga de "patear el culo" (como diría él) del malo maloso, pero esta vez, y quizá por lo ocurrido en Water 7 (hay aun más unidad ahora, o eso parece), toda la banda puso de su parte para derrotar a otro Shichibukai (y ya van dos, recordemos que el primero fue Cocodrile en Arabasta), ensanchando aun más la leyenda que les precedía de ir en contra del Gobierno Mundial.
Pero no todo iba a salir tan bien, ya que Bartholomew Kuma, del mismo rango que Moria, apareció de repente con la intención de llevarse la cabeza del hijo del mayor revolucionario. Y lo hubiera conseguido muy fácilmente, ya que después de luchar con Moria todos estaban demasiado exhaustos para hacerle frente, pero ahí ocurrió la determinación de un hombre (así se llama ese capítulo), en la que Zoro tuvo una actuación para quitarse el sombrero...
¡¡¡Él será el próximo Rey de los Piratas!!! Te entregaré mi cabeza por la suya...
Estoy deseando de verlo en el anime.
Pero lo que realmente hace que esta saga no sea de relleno es la aparición de Brooke, el nuevo nakama de los Sombrero de Paja. Sí, ya, lo sé... es un esqueleto. Cosas de las Akuma No Mi, que ya sabeis los poderes que se inventan. Este músico tan risueño de pelo afro se comió la Yomi Yomi no mi, que le ha permitido vivir dos veces. Su aspecto se debe a que murió una vez, pero su espíritu tardó mucho en encontrar de nuevo su cuerpo, y este se descompuso hasta quedar así (menos el pelo, porque dice que tiene raíces fuertes). Un poco tétrico, pero es un personajillo de cuidao... dará mucho juego por ese carácter tan abierto (y tan pervertido), pero eso habrá que verlo a partir de ahora. ¡¡Bienvenido, Brooke Huesos de Muerto!!
Aun así, hay un dato revelador que han dejado en el aire y aun no se sabe nada... ¿qué pasa con Ace, mi personaje favorito?
Fin del peligro de spoilers.
Ya me he cansado de escribir sobre la serie por hoy... cuando hay cosas más importantes en las que pensar, todo esto se te queda tan pequeño... espero que los que se pasen por aquí comenten sobre mi punto de vista, para que me anime a escribir sobre el resto de sagas que nos quedan por disfrutar.
Isla Gyoyin, ¡¡allá vamos!!
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Hace 10 años
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