miércoles, 23 de abril de 2008

Mi camiseta, maldad pecosa, y otros cuentos

Hoy, que apenas puedo pensar en otra cosa que no sea fútbol, me ha venido a la cabeza un recuerdo lo suficientemente bonito como para apartarme un poco de la idea del partido de Champions esta noche. Mucha gente pensará, después de leer esto, que casi mejor era que pensara en esos once tipos que no sienten los colores, pero a mi me ha hecho sonreir al menos…

Como muchos de vosotros sabreis, a mi camiseta del Barça le tengo un cariño especial, y no sólo por ser la primera oficial que tengo ni por haberla personalizado en el mismo Camp Nou (que también son cosas que tiran mucho), sino por la persona que me la regaló, y el momento en que fue. Espero que a esta persona no le importe que cuente cómo llegó a mis manos.

Corría presuroso el recién nacido año 2007 cuando un día, de repente, ella me llamó al móvil muy seria. Yo empecé a acojonarme seriamente (normal, mi psicosis de que todo lo bueno acaba pronto y mi tendencia a cagarla a la más mínima me daba razones), y hasta que no pude verla no se me quitó el agujerito en el estómago que se me había quedado cuando escuché decirle “tengo que hablar contigo”. Era una experta en hacerme sufrir en ese sentido, para después darme la sorpresilla de que se estaba quedando conmigo una vez más. Aquella vez también piqué.

Con la mala excusa de tener esa conversación, salimos de clase y nos fuimos al parquecillo de al lado. Yo no paraba de mirarla y preguntarle que qué pasaba, y ella seguía andando como si la cosa no fuera con ella, hasta que pusimos sentarnos, y sacó mis regalos de reyes… esa camiseta entre ellos.

No sé qué me puso más contento, si el regalo en cuestión o el saber que me había tomado el pelo otra vez. El hecho es que, como veis, guardo el recuerdo de aquel día con especial cariño por todo lo que significó para mi esa camiseta.

Al poco tiempo, cuando fui a Barcelona, la serigrafié en la “botiga” del Camp Nou con mi nombre y mi número, para demostrarme a mi mismo que realmente era mía. Desde entonces y hasta ahora, cualquier excusa bastaba para ponérmela, ya que, aun quitando toda la carga emocional que he contado, a mi juicio es una de las camisetas más bonitas que ha parido Nike para el Barça.

Por eso mismo, por muchas más cosas que no deben de ponerse en un blog, por todo lo que ha dado de sí estos más de cuatro años de locura, y porque estoy un poco tontorrón últimamente, no quiero perder la oportunidad de darte las gracias, y de desearte toda la suerte del mundo en esta nueva página de tu vida en la que espero que la vayas llenando como te mereces.

Tyé-mela, pecosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres El Peor Q Lo Sepas :$. Muchas gracias cara pan, sabes que te la regale con to el cariño del mundo porq tu tia no te la iba a compra :P. Una pagina en blanco que ire escribiendo poco a poco. Sabes que soy cabezota y no me va a hundir una persona que conozco de hace 4 meses. Muchs gracias por todo...
Tyé-Mela cara pipo (K)

Mr.Cutty dijo...

esque claro, uno piensa qué ponerse en la hipotética final de champions, se le viene a la cabeza la camiseta, una cosa lleva a la otra...