Antes de empezar cada partido de liga, un anuncio de la LFP nos recuerda incesantemente de que vamos a disfrutar de un espectáculo increíble, ya que tenemos “la Liga de las Estrellas, la mejor Liga del mundo”. Pues permítame que discrepe. Me voy a ahorrar comentarios tipo “este año nadie quiso la Liga”, “nuestros equipos punteros son cada vez más malos”, “nunca hacemos nada en competiciones europeas” o “en la Premier se corre mucho más”. Eso lo sabe todo el mundo. Por eso discrepo, pero por una razón que no nos llama la atención porque siempre ha estado ahí, pero que no deja de ser un problema bastante grande. Me refiero a los altibajos que viven los equipos españoles, especialmente (sobre todo porque son los que más saltan a la vista), de los equipos grandes.
Sé lo que estáis pensando, que el fútbol va por rachas, que todo lo que sube tiene que bajar, que la mentalidad cambia, que el galactismo mata, que si los malos vicios, las ovejas negras… excusas, señores. Un equipo grande de verdad lo es porque está ahí siempre, no por tener fogonazos de calidad de vez en cuando. Un equipo grande es el que tiene continuidad, el que lleva años, incluso décadas, inmerso en el mismo rumbo, el mismo estilo de juego, en definitiva: el que tiene personalidad propia. El Madrid y el Barcelona llevan, desde que tengo uso de razón, inmersos en ciclos cortos en los que se arrasan, pero inevitablemente se apagan en pocos años. Demasiado pocos.
Sin embargo, si nos atrevemos a mirar más allá de nuestras soleadas y cálidas fronteras y nos fijamos en las otras ligas grandes europeas, véase la Premier y el Calcio, ¿qué nos encontramos? Voy a poner los ejemplos más claros para explicarme mejor: Arsenal, Manchester y Milan. ¿Qué es lo que tienen en común estos tres grandes de Europa? Continuidad del equipo técnico (¿cuántos años llevan Wegner, Ferguson y Ancelotti dirigiendo a sus equipos?) y una personalidad propia que les ha hecho mantener el mismo nivel durante muchísimos años. En España jamás veremos a un entrenador que dure más de 5 años sentado en el mismo banquillo. La afición, los medios, y las ansias de poder del presidente de turno se encargarán de acabar con la carnaza en cuestión, nombrando a otro que reaviva las esperanzas, pero cargándose un ciclo que forzosamente debe de empezar de cero. No siempre es esa la mejor solución. Al menos, esa es mi humilde opinión, aquí jamás existirá la continuidad, y por tanto, nunca tendremos un dominador nato en Europa que hable español… como mucho, habrá un corto reinado que hará feliz al pueblo mientras éste viva, pero poco más.
Se aceptan argumentos en contra.
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Hace 10 años
1 comentario:
¿Y argumentos a favor?
No sé mucho del tema, pero si hay algo en lo que coincido, es en lo de los entrenadores.
Los primeros en ser criticados y los primeros en desaparecer. Raro es el equipo que en época de crisis no los retiren, a pesar de haber estado... ¿cuánto? ¿una semana? ¿un mes? No sé cada cuánto, pero me parece muy poco.
Supongo que es la forma más sencilla de "parchear" la grieta (venga de dónde venga; jugadores de millones de €, directiva casi vitalicia...), y mantener contentos a afición, accionistas, y periodistas, pero a veces no les da tiempo ni de aprenderse la plantilla de memoria :S
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