martes, 24 de junio de 2008

Un millón de cicatrices

El Canto del Loco.- Un millón de cicatrices.



Hoy vuelvo a encontrar mi corazón
Que lo tenia escondido dentro de un cajón
Cerca del afecto y del manual de como hacerme un hombre
Y lo pasé tan mal mirando alrededor
Estando tan perdido falto de ilusión
Cerca del peligro, sin equilibrio
y perdiendo el norte

Y hoy me pregunto por qué
Me quise tan poco y me encerré
Dando vueltas y vueltas a algo que yo creé

Y por pensar tengo un millón de cicatrices
Soy escudo,soy hipersensible
Una barrera al corazón
Y no me gusta haber estado así de triste
Por paranoias yo me hice esas heridas en mi interior

Que gran liberación que siento hoy
Al recorrer paquito a poco el corazon
Que esta mas fuerte sabe que quiere y ya no
Se esconde
Que grande es verme hoy sin lo anterior
Sintiendome tranquilo siendo lo que soy
inofensivo,sereno,amable y cariñoso

Y hoy me pregunto por qué
Me quise tan poco y me encerré
Dando vueltas y vueltas a algo que yo creé

Y por pensar tengo un millón de cicatrices
Soy escudo,soy hipersensible
Una barrera al corazón
Y no me gusta haber estado así de triste
Por paranoias yo me hice esas heridas en mi interior


Hace poco tiempo estuve curioseando en mi fotolog para ver lo que se me pasaba por la cabeza hace bastantes meses, y fue una sensación bastante especial. Por una parte, todo aquello me parecía tan cercano que me dió incluso miedo de que volviese a pensar de esa manera, de volver a dejarme llevar por una corriente que nunca entendí adónde desembocaba. Por otra parte, me parecían los recuerdos de cualquier otra persona, como si no me pertenecieran, sea porque haya pasado demasiado desde entonces, o porque mi forma de actuar haya cambiado.

El tiempo ha pasado, y ha impuesto su ley convirtiéndome en algo mucho mejor de lo que podría haber soñado entonces. Soy consciente de que hoy seré mucho menos sabio de lo que podré llegar a ser mañana, pero así, poco a poco y sin quererlo, me he ido convirtiendo en el hombre que ansiaba ser a marchas forzadas. He aprendido a ver hasta dónde soy capaz de llegar, pero también lo que soy capaz de hacer. He visto y he oído para así aprender a observar y a escuchar, y he descubierto que, después de todo, ser uno mismo es el camino más correcto. Valiosa y complicada lección, aunque no lo parezca.

Aun así, algunas veces parece como si fuera ayer. Como si el miedo al fracaso se fuera apoderando de mi y unas manos frías me impidieran seguir al paso que quisiera. Como si el mundo que tengo ante mis ojos fuera, otra vez, algo nuevo que asusta, inquieta e impone. Como si cada sentimiento que tuviese no tuviese nombre porque piense que nadie ha sentido igual, y me crea que sea el primero en querer tan alocadamente, el primero en reir tan inténsamente, el primero en soñar por pensar en una persona antes de cerrar los ojos, el primero en sentir frío por no saber lo que está buscando...

Esta noche, sin venir a cuento, he vuelto a sentir algunas de las cosas que he intentado escribir a modo de desahogo. Otras, por suerte o por desgracia, no creo que vuelvan a esta cabecita loca. De lo que estoy seguro es de que, por muy viejos que seamos, el miedo a lo desconocido siempre volverá, porque siempre será más viejo que uno mismo.

Sólo es cuestión de confianza... es mi forma de hacerle frente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y despue d leer esto m kedo sin palabras

Anónimo dijo...

Qué lindo escribes David!

Me encanta, porque yo también me desahogo entre líneas de tinta...

Biquiños hermanito